EN LA OFICINA DE UN CONSEJERO MATRIMONIAL
No hay persona perfecta. El matrimonio se construye día a día.
No se griten. No se exalten. No se falten al respeto.
Sean pacientes, comprensivos y prudentes; tolerantes, respetuosos y fieles; serviciales, sinceros y ordenados; flexibles, trabajadores y ordenados.
Recen, comuníquense, perdónense y ténganse confianza.
Y lo más importante: ámense y defiendan su amor hasta dar la vida.
Enviado desde mi iPhone