Quizá algunas veces nos sentimos abrumados por los problemas, o nos preocupan algunas situaciones.
Tal vez hemos sentido deseos de abandonar tal o cual proyecto; y le decimos a Dios que nos salve, que nos ayude.
El Señor siempre escucha nuestra oración. Dios se detiene ante nuestra súplica. Él está dispuesto para ayudarnos.
Dios es generoso, y como Padre bueno nos cobija con su misericordia.
Enviado desde mi iPhone