Yo te alabo, Padre, Señor del Cielo y de la Tierra...
"Yo te alabo, Padre, Señor del Cielo y de la tierra, porque has mantenido ocultas estas cosas a los sabios y entendidos y las has revelado a la gente sencilla. Sí, Padre, pues así fue de tu agrado". Mateo 11, 25.