"De la abundancia del corazón habla la boca. El hombre bueno saca cosas buenas del bien que guarda dentro, y el que es malo, de su mal acumulado saca cosas malas". Mateo 12, 34, 35.
Después de aprender a hablar, viene la etapa más difícil: aprender a callar. Si engañas al médico, al confesor o al abogado, tú serás el engañado.
A tiempo un rotundo "no", muchos males evitó.
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