martes, 27 de septiembre de 2022

La voluntad del que me…

Corran de manera que consigan el…

Bienaventurados los que procuran la…

Nos hiciste, Señor, para ti; y nuestro corazón no encuentra sosiego hasta que…

Donde hay amor hay…

Hay dos maneras de ver la vida…

Tomás, tú crees porque…

La fe…

La voluntad del que me ha enviado es…

Estén preparados…

lunes, 26 de septiembre de 2022

Velen, pues…

En la familia…

Dios premia el esfuerzo…

El Matrimonio…

Estoy en la tierra con un propósito…

Más enseña la adversidad que diez años de universidad…

Sinergia…

Dios que te creó sin ti, no te salvará sin ti…

Templo de San Juan Bosco. Monterrey, Nuevo León, México.

Grandes médicos del mundo…

Estén preparados…

domingo, 25 de septiembre de 2022

Nadie puede ser esclavo de dos señores…

Todas las cosas que salen de ti…

La Bondad…

El que a Dios da para su casa…

El Reino de los Cielos es de aquellos que se…

Quien no tenga tiempo para ejercitarse…

Experiencia…

El sistema inmunológico…

El que por otro pide…

Vive…

Sabiduría popular…

Cada Santa Misa…

Hacer ejercicio cuesta…

Músculo que no se usa se atrofia…

Jesús nos ha dicho…

El que tiene un porqué, puede…

"EL QUE TIENE UN PORQUÉ, PUEDE AFRONTAR CASI CUALQUIER CÓMO".
(Luis Jorge González, Sacerdote Carmelita Descalzo)

Víctor Frank estuvo cuatro años en los campos de concentración (libro: El Hombre en Busca de Sentido).
Le quitaron todas las libertades:
La libertad de poseer bienes (le confiscaron sus propiedades), la libertad de tener familia (le mataron a su esposa con la que sólo llevaba seis meses de casado).
Los nazis lo fueron acorralando; le quitaron incluso la libertad de cambiarse la ropa que llevaba puesta cuando lo sorprendieron los agentes de la Gestapo, y lo llevaron al campo de concentración.
En fin, todas las libertades externas le fueron quitadas por los nazis.
No podía hacer ni siquiera sus necesidades fisiológicas en un lugar excusado.
Había al fondo de la barraca (cuenta él) unos barriles para ese propósito, y ahí tenía que hacer sus necesidades.
A Víctor Frank sólo le quedó la libertad interior. Él había leído una frase:
"El que tiene un porqué, puede afrontar casi cualquier cómo".
El que tiene una razón de vivir, una razón para amar, puede enfrentar prácticamente cualquier situación.

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