UN DÍA SERÉ IGUALITO A TI
(DE UNA REFLEXIÓN DOMINICAL DEL PADRE ROGELIO NARVÁEZ MARTÍNEZ)
Y el gato está en la cuna, con la cucharilla  de plata, 
  el niño azul y el hombre en la Luna.
¿Cuándo vas a volver padre? No sé todavía;
  pero cuando vuelva estaremos juntos, 
  juntos y felices ese bello día.
Mi hijo nació hace pocos días;
  vino al mundo en la forma normal.
  Pero yo debía tomar aviones y pagar cuentas.
Él aprendió a andar durante mi ausencia;
  y ya sabía hablar sin que yo me hubiese dado cuenta.
Cuando él iba creciendo me decía:
  Yo voy a ser como tú, papá;
  ¿sabes? Un día seré igualito a ti.
Y el gato está en la cuna con la cucharilla de plata, el niño azul y el hombre en la Luna.
¿Cuándo vas a volver padre?  No sé todavía; pero cuando vuelva estaremos  juntos, 
  juntos y felices ese bello día.
El cumplió diez años hace pocos días.
  Gracias por la pelota; papá,
  vamos a jugar, ¿tú me enseñarás?
  Si tuviera tiempo, sí, me encantaría;
  pero hoy tengo mil cosas por hacer.
  Te enseñaré, quizá algún otro día.
Está bien, dijo el chamaco,
  y mientras se alejaba, con una sonrisa me iba diciendo: Yo voy a ser como tú  papá;
  ¿sabes? Un día seré igualito a ti.
Y el gato está en la cuna con la cucharilla de plata, el niño azul y el hombre en la Luna.
¿Cuándo vas a volver padre? No sé todavía; pero cuando vuelva estaremos juntos, juntos y felices ese bello día.
Él volvió del colegio hace pocos días,
  hecho todo un hombrecito. Yo le dije entonces: Hijo, estoy orgulloso de ti;  siéntate un momento, vamos a platicar.
Él movió la cabeza y contestó sonriendo:
  Si tuviera tiempo, sí, me encantaría, pero tengo que salir; préstame las llaves  del auto; nos veremos algún otro día.
Y el gato está en la cuna con la cucharilla de plata, el niño azul y el hombre en la Luna.
¿Cuándo vas  a volver, hijo?  No sé todavía;
  pero cuando vuelva estaremos juntos, juntos y felices ese bello día.
Yo me he jubilado,  mi hijo se ha marchado. Le telefoneé hace pocos días:
  Hijo, Me gustaría verte, si pudieras venir.
Si tuviera  tiempo, papá, sí, me encantaría,
  pero el trabajo, ¡tú lo sabes!; los niños… Me alegro de haber hablado contigo,  papá. Nos veremos algún otro día.
Cuando  colgué el teléfono pensé:
  Mi hijo ha crecido y actúa como yo;
  Sí, mi hijo es igualito a mí.
Y el gato está en la cuna con la cucharilla de plata, el niño azul y el hombre en la Luna.
¿Cuándo vas  a volver, hijo? No sé todavía;
  pero cuando vuelva estaremos juntos, 
  juntos y felices ese bello día.
Que Dios y María Santísima te bendigan. Mary y Jaime.