Un campesino decidió vender su finca. Pidió a su vecino, un poeta, que le hiciera el mensaje de la venta. Ese día le entregó el aviso: "Vendo un pedacito de cielo, adornado con bellas flores y frondosos árboles verdes; con hermosos prados y un admirado río cristalino con el agua más pura y transparente que jamás se haya visto". El poeta se marchó por un tiempo; al regresar se sorprendió de ver a su vecino trabajando en sus faenas. Preguntó: ¡Amigo! ¿No ha vendido la finca? No. Después de leer el aviso que usted me hizo, comprendí que tenía el lugar más bello de la Tierra. Moraleja: No esperes a que un poeta te diga lo maravillosa que es tu vida, tu hogar, tu familia y todo lo que posees.
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jueves, 29 de octubre de 2020
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