lunes, 11 de mayo de 2020

Reflexión.

La Biblia afirma. "Hagamos al hombre a imagen y semejanza nuestra". Somos una imagen viva de Dios.
San Juan de la Cruz dice: "El alma es una hermosísima y acabada imagen de Dios". Cuando pasando más allá de la costra dura, desagradable o amarga, de los defectos de nuestro prójimo, penetramos en su entraña; nos encontramos con la sorpresa de estar frente a una identidad hermosa.

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