sábado, 29 de mayo de 2021

Doña Cuquita...

Doña Cuquita, es una señora muy particular: Tiene 90 años. Es autosuficiente, está activa y lúcida.
Comenta que todos los días camina; se alimenta bien, no fuma, ni come "chatarra", se duerme antes de las nueve de la noche y se levanta a las cinco de la mañana.
Un día escuchó a su nieta comentar lo mal que estaban las cosas en su trabajo, en su matrimonio, en su vida y en el mundo, etc. Se acercó a ella y le dijo:
"Mira, hijita, para que dejes de andar quejándote y para que vivas feliz, te diré… Mírame a mí, estoy en la flor de la vida y me sigo riendo.
Agradece por todo. No te quejes; dale gracias a Dios que estás viva.
Piensa que otras personitas que ya murieron. Cuando puedas comer, come; cuando puedas dormir, duerme; cuando puedas disfrutar como Dios manda, disfruta. Cuando puedas trabajar, trabaja.

Juega con tus hijos; ama a tu marido y ayúdalo; ponte a chiflar o a cantar.
Da gracias a Dios porque tienes salud. No te la pases quejándote: ¡Ay! si hubiera ¡Ay! Si tuviera.

No, hijita; altas y bajas siempre ha habido y siempre habrá. Si en la noche no puedes dormir… Si estás vuelta y vuelta en la cama, párate y ponte a hacer algo: arregla un cajón, plancha tu blusa, ponte a leer. Lo que puedes hacer es rezar por todas esas personitas necesitadas.

Ocúpate de tus problemas y ayuda a quien puedas. No tomes lo que no es tuyo: Ni la bicicleta, ni el lápiz, ni la bolsa, ni el dinero, ni el marido de otra; lo ajeno respétalo. Cada quien tiene lo suyo.
Lo que hagas, hazlo con ganas y con mucho gusto, y hazlo bien. Y déjate de tonterías; olvídate de las envidias; tú, a lo tuyo.

Aléjate de las malas influencias; cuídate de los soberbios y presumidos; no los imites. Ayuda, y escucha a tus amigos. No hables mal de nadie; No seas arrogante ni prepotente.
Cuando ganes, mira al Cielo. Cuando pierdas, sé humilde, y aprende.

Nunca te preocupes por lo que no tienes, ni por lo que no puedes comprar. Cuántas personitas que tienen todo el dinero del mundo están en la cárcel, enfermas de la cabeza, o guardadas en un hospital; asustadas e inseguras; no son felices. Tú tienes muchas cualidades. Valora lo que Dios te ha dado.

Vive en paz contigo mismo, con Dios y con los demás. Piensa en la vida eterna y que lo único que te llevarás de este mundo serán tus buenas obras y el amor que sembraste en las personas.

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