miércoles, 1 de noviembre de 2023

Del Baúl de mi Abuelito…

Del Baúl de mi Abuelito:

Cuida tu salud, aliméntate bien, haz ejercicio, visita al médico, muévete, camina,

Evita el sobrepeso, frecuenta lecturas positivas, alimenta tu espíritu, mantén activa tu comunicación con Dios.

Cuida tu cuerpo y cuida tu alma; anímate, mantente ocupado, duerme lo suficiente, aprende de los amigos, sé optimista y solidario; respeta a la gente.

Vive en paz y con alegría; satisfecho de que estás cumpliendo tu misión en la vida.

Se trata de llegar a viejo sin depender de otros, Sin molestar.

Envejecer es ir perdiendo capacidades, pero mientras puedas valerte por ti mismo, irás envejeciendo bien.

Haz ejercicio, aliméntate bien, huye de la comida "chatarra".

Evita el sobrepeso, duerme ocho horas.

No fumes ni te intoxiques; Mantén el colesterol bajo.

Cuida mucho lo que comes.

Mantén una actitud positiva.

Ríe, vive con alegría, agradece todo lo que Dios te ha dado.

Cultiva tus amistades.
La soledad es la peor compañera: entristece, deprime, erosiona, envejece.

Tener amigos rejuvenece, lo mismo que tener un proyecto: estudiar algo; practicar un deporte; colaborar en una actividad solidaria.

Envejeces mejor si eres solidario porque eso genera paz interior, tranquiliza el ánimo, te sientes bien íntimamente.

Trata bien a la gente; sé amable.

Algunos ancianos acumulan como si fuesen a vivir más.

Sólo existe el presente: vive el día de hoy con intensidad; con la bolsa ligera, con pocas cosas; y en un espacio agradable, sencillo, luminoso y alegre. No recargado.

Si te jubilas, no esperes reconocimientos ni recompensas; muévete, actívate, despierta; deja de lamentarte.

Te jubilaste de tu trabajo, pero no de la vida; hay mucho por hacer.

Debes tener un proyecto de vida en el que incluyas actividades de lectura, meditación, ejercicio físico, sana diversión, descanso adecuado, servicio a la comunidad, apostolado, momentos de oración y recogimiento.

No te dejes caer en la indisciplina y el tedio; en la flojera y el desánimo.

Jubilación no es sinónimo de pereza y desarreglo personal.

Cuídate y quiérete mucho. Tu vida disciplinada continúa, sin importar la edad que tengas.

No permitas que alguien haga tus gestiones; preserva tu autonomía, y vive en tu propio espacio, o estorbarás.

Procura cuidarte tú.

Algunos se deprimen al constatar su decadencia física.
Lo mejor es velar por el interior, por un espíritu activo y positivo.
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