NUESTRA META
Esta vida no es más que un camino; lo importante será llegar al destino.
Nuestra meta definitiva es la vida eterna; y mientras vivamos en esta tierra, Dios nos ofrecerá una nueva oportunidad.
Podemos concentrarnos tanto en lo que está inmediatamente cercano a nosotros, que dejamos de ver la vida en una perspectiva amplia; nos llegamos a engolosinar con lo inmediato que olvidamos lo eterno.
Dios ha preparado para cada uno de nosotros un lugar en el Cielo.
Allí está nuestra meta más importante. Todo lo que hagamos deberá conducirnos hacia esa meta:
El Cielo.
Que Dios y María Santísima te bendigan. Mary y Jaime.