ANÉCDOTA
El mismo día de su coronación, noviembre de 1958, Juan XXIII recibió la visita de algunos amigos de la ciudad de Bérgamo Italia.
Les contó una anécdota personal:
Yo tenía siete años de edad.
Desde la población de Sotto il Monte mi padre me llevó un día a la ciudad cercana, donde se celebraba una fiesta de la Acción Católica.
En el camino yo me cansé y mi padre me llevó sentado en sus hombros.
Llegamos a la ciudad.
Siendo yo muy pequeño y la multitud muy grande, no alcanzaba a ver nada de la fiesta.
¿Que hice?
Jalé del saco de mi padre, y él me sentó de nuevo en sus hombros.
Yo estaba feliz, pues desde aquella altura podía ver todo lo que yo quería.
Han pasado ya 70 años desde aquel día, y no me puedo olvidar semejantes rasgos de mi padre.
Es más, aprendí a hacer lo mismo con mi Padre Celestial:
Cuando estoy cansado, o cuando no veo claro un problema, suplico a mi Padre Celestial que me levante y cargue conmigo.
Que Dios y María Santísima te bendigan. Mary y Jaime.