¿AÑOS MALOS?
(Extracto de reflexión dominical del padre Rogelio Narváez Martínez)
La auténtica felicidad hay que dividirla y compartirla entre todos.
¡Cuánta razón tiene ese refrán español que sentencia: "Más vale un día alegre con medio pan que uno triste con un faisán."!
Acusan los psiquiatras que sus divanes se llenan de gente bien, de personas con solvencia monetaria pero con una terrible recesión de afecto, de señoras sin preocupaciones o de jóvenes y hasta de niños que nadan en la abundancia. Que lo tienen todo, o mejor dicho, casi todo, no les falta nada les falta alguien..., y por mejor decirlo: les falta Alguien con mayúscula.
¡Fíjate!, cómo hoy se habla de bienestar e inmediatamente se piensa en ropa, calzado, colegios caros, viajes, automóviles, joyas, residencias, y no se piensa que parte importante del bienestar es la salud física, el descanso, la paz de la conciencia, el tiempo que puedes pasar con tus hijos, el poderte salir una tarde a una plaza con tu esposa...
Se piensa que un año es malo porque no salimos de vacaciones, no cambiamos de coche, no estrené la ropa que había pensado. ¿Ese es un año malo?
Años malos serán cuando en la vida de un matrimonio no haya respeto, no haya sinceridad, no exista el perdón y se sobreponga el rencor, ésos sí que serán años malos, aun cuando podamos tenerlo todo en lo material.
"Es de bien nacidos el ser agradecidos".
El problema no es la riqueza sino el amor a las riquezas, y el cómo ese amor a los bienes se convierte en desinterés por el hermano.
Que Dios y María Santísima te bendigan. Mary y Jaime.