Mensaje del Párroco Gerardo Javier Cárdenas Rodriguez. 31 Domingo Ordinario.

MENSAJE DOMINICAL
31º Domingo ordinario


Hoy el EVANGELIO nos recuerda los preceptos del Antiguo Testamento "Amar al SEÑOR, tu DIOS, con todo tu corazón, con toda tu alma, con toda tu mente y con todas tus fuerzas. El segundo es éste: amarás a tu prójimo como a ti mismo". Estos preceptos han guiado nuestra educación durante muchos años. Se nos ha enseñado a querernos para poder querer a los demás, se nos ha enseñado a identificar lo que es bueno para mí y así poder ofrecerlo a los demás. Se nos ha enseñado a no desear para otros el mal que no queramos para nosotros mismos. Esta enseñanza nos pudo haber llevado a desarrollar el gusto y el confort, a desarrollar un camino de placer en donde esté ausente todo espíritu de mortificación y nos hayamos hecho esclavos de nuestros instintos. Este riesgo de caer en criterios de placer, de guiar nuestro comportamiento sólo por nuestros gustos, desaparece cuando considero el testamento de amor que CRISTO nos ha dejado en la última cena: "AMAOS LOS UNOS A LOS OTROS COMO YO LOS HE AMADO". La medida de amor no es el amor que tengamos para nosotros mismos, sino el amor que CRISTO nos ha tenido. La diferencia es radical, el punto de referencia ya no soy yo, sino CRISTO. Por lo tanto es necesario que conozcamos de forma total el mensaje de CRISTO, que podamos comprender la motivación de las acciones de CRISTO, que estemos dispuestos para actuar de forma espontánea según CRISTO. Que luchemos por llegar a afirmar con San Pablo: "vivo yo, más no soy yo, sino CRISTO que vive en mí."
Ciertamente para poder identificar el bien, tenemos que identificarlo dentro de nuestra propia vida, pero para poder vivirlo no podemos hacerlo con nuestros criterios de limitación, es necesario que aprendamos a AMAR en dimensión eterna, en dimensión DIVINA. Tenemos que aprender a AMAR CON EL AMOR DE DIOS PRESENTE EN NUESTRA VIDA, eso es CARIDAD.

¡Sea alabado Jesucristo!

Pbro. Lic. Gerardo J. Cárdenas Rdz.

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