Jesucristo no alimenta los sentimientos de culpa de la mujer adúltera: "¿Dónde están los que te condenaban? ¿Ninguno te ha condenado? Y ella contesta: "Ninguno, Señor"; luego el Señor alimenta su seguridad y paz al decirle: "Yo tampoco te condeno, vete y no vuelvas a pecar".
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jueves, 28 de febrero de 2019
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