miércoles, 7 de agosto de 2019

La risa es necesaria.

LA RISA ES TAN NECESARIA COMO EL PAN.

En un autobús repleto de ancianos, que llevaban a visitar la ciudad, una viejita se levanta de su asiento, le toca el hombro al chofer, y le ofrece un buen puñado de cacahuates sin cáscara.

El chofer sorprendido, le da las gracias y se los come con agrado.

Cinco minutos después, la abuelita repite; el chofer vuelve a agradecerle el gesto, y se come sus cacahuates.

Cinco minutos más tarde viene el otro puñado.

Al cabo de unos diez puñados, el chofer ya no puede y le pregunta:

Dígame, abuelita, es muy gentil de su parte atiborrarme de cacahuatitos pelados, pero ¿no cree usted que a lo mejor sus cuarenta amigos y amigas querrían también unos pocos?

No joven, como no tenemos dientes, solo les chupamos el
chocolatito.

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