Querido Hijo: Mientras vivas en esta casa, obedecerá las reglas. Cuando tengas tu casa, obedecerá tus propias reglas. Aquí no gobierna la democracia, no hice campaña electoral para ser tu madre: no votaste por mí. Somos madre e hijo por la gracia de Dios, y acepto respetuosamente el privilegio y la responsabilidad terrorífica. Al aceptarla consigo la obligación de desempeñar el papel de madre. No soy tu amiga, no soy tu chofer, no soy tu caja automática, no soy tu mujer de limpieza... soy tu madre Me voy a enfadar contigo, te haré loco, seré tu peor pesadilla y te seguiré donde sea. Cuando lo entiendas, sabré que eres un adulto responsable. Nunca encontrarás a alguien que te ame, reza y te preocupes más que yo. No soy tu compañera, nuestras edades son muy diferentes. Podemos compartir muchas cosas, pero no somos socios. Soy tu madre y eso es cien veces más que una amiga. También soy tu amiga, pero estamos en niveles completamente diferentes. En esta casa harás lo que yo diga y no debes preguntarme porque tod
