La vocación es un llamado de Dios que implica una respuesta de la persona para ser feliz al cumplir la misión en esta vida. Nadie responde al llamado a fuerza, la respuesta es voluntaria, gustosa, porque cuando se una la voluntad de Dios a la voluntad de la persona da por resultado la felicidad. La vocación debe alimentarse día a día para que la felicidad crezca. Dios tiene un plan para cada ser humano; a unos los llama a la vocación religiosa (consagración); a otros, al sacerdocio; a otros, los llama a la santificación del mundo, en diferentes formas de vida laical: matrimonio, misionero, soltería y celibato, virginidad consagrada, viudez.
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domingo, 15 de marzo de 2020
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