VIVIR Y DEJAR VIVIR.
¡Nadie me ha ofendido!
Son mis expectativas de lo que esperaba de esas personas, las que me hieren.
Las expectativas las creo yo con mis pensamientos.
No son reales. Son imaginarias.
Si yo esperaba que mi pareja reaccionara de tal y cual forma, y no lo hizo; mi pareja no me ha hecho nada; es la diferencia entre las atenciones que yo esperaba que ella tuviera para conmigo y las que realmente tuvo, las que me hieren.
Nuevamente, eso está en mi imaginación. Nadie me ha ofendido. Son mis ideas acerca de cómo deberían actuar las personas.
Reconoceré que habrá personas que no van a cuadrar con esas ideas que tengo, porque ellas tienen las suyas.
Dejaré a las personas ser.
Dejaré que guíen sus vidas como mejor les plazca.
Es su responsabilidad.
Daré consejo si me lo piden, pero permitiré que tomen sus decisiones, es su derecho divino por nacimiento: el libre albedrío, la libertad.
Nadie me pertenece.
Ni mis padres, ni amigos, ni hijos, ni pareja.
Todos formamos parte del engranaje de la naturaleza.
Viviré y dejaré vivir.
Enviado desde mi iPhone
jueves, 16 de julio de 2020
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