Atesoren, más bien, en el Cielo donde ni la polilla ni el orín corroen, ni los ladrones socavan, porque donde está tu tesoro, allí está también tu corazón". Mateo 6, 20, 21.
Enviado desde mi iPhone
miércoles, 4 de noviembre de 2020
Entradas populares
-
"DE QUÉ LE SIRVE AL HOMBRE GANAR EL MUNDO ENTERO SI SE PIERDE A SÍ MISMO" El siguiente texto se encuentra en la recepción de ...
-
LAS PALABRAS MUEVEN, PERO EL EJEMPLO ARRASTRA. A las palabras deben seguirle los hechos, a las enseñanzas debe seguir el ejemplo d...
-
PERSISTIRÉ HASTA ALCANZAR EL ÉXITO (Pergamino tres de "El Vendedor más Grande del Mundo", de Og Mandino) Reconoceré que cad...
-
En aquel tiempo, se le acercó a Jesús un leproso para suplicarle de rodillas: "Si tú quieres, puedes curarme". Jesús s...