No hay castigos ni premios, hay consecuencias.
Yo soy responsable de mis actos. Yo decido cuidarme o descuidarme.
Yo decido quedarme en casa o salir; guardar la sana distancia o la imprudente cercanía.
Yo decido usar o no usar cubrebocas.
Nadie decide por mí, nadie piensa por mí. Yo decido protegerme y no contagiar a los demás.
No debo culpar a otros de mis decisiones.
Si no me cuido, vendrán sobre mí las consecuencias.
Enviado desde mi iPhone
miércoles, 16 de diciembre de 2020
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