domingo, 19 de febrero de 2012

LA PERSONA QUE AMA.

 

Albert Schweitzer, alemán de nacimiento, es un gran doctor en Teología, especialista en Cristología, fue uno de los mejores maestros en la Universidad de Hamburgo, pero llegó el momento en que bajó de la montura de la cátedra para encontrarse auténticamente con el Cristo que enseñaba en las aulas.

El contacto con los leprosos tirados a la vera del camino le llevó a dejar las aulas y los claustros, los libros y los apuntes, para dedicarse a cuidar enfermos.

Los amigos que le conocen han expresado la afirmación más sensata y afortunada: "El Doctor Schweitzer ha dado desde entonces la mejor cátedra en teología que pudo haber dado: cuidar a Cristo en el leproso en el África Ecuatorial Francesa".

Reflexión:

Decía el Papa Juan XXIII, que cuando él era joven, admiraba a las personas listas, a los inteligentes, a los genios, a los superdotados, a los críticos y analistas.

Pero ahora  que soy viejo, admiro a las personas bondadosas. "Estoy convencido de que un corazón bueno vale mucho más que todas las cabezas de este mundo".

Máxima:

"Es mejor ser bueno que inteligente".

Mi compromiso:

Hoy haré más de tres obras buenas.

Que Dios y María Santísima te bendigan.     Mary y Jaime.

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