viernes, 25 de agosto de 2017

EL SISTEMA INMUNOLÓGICO.

"No teman a los que sólo pueden matar el cuerpo, pero no el alma; teman más bien al que puede destruir alma y cuerpo en la gehenna". Mateo 10, 28.

EL SISTEMA INMUNOLÓGICO

Es un como un ejército de soldados que nos defienden de las enfermedades. Algunos lo llaman el sexto sentido; ya que sabe percibir la presencia de lo que no es parte de nuestra identidad. Cuando el sistema inmunológico percibe la presencia de algo extraño, despliega una serie de recursos para destruir aquello está dañando. El sistema inmunológico defiende nuestra salud. Qué maravilla el sistema inmunológico, recurso que Dios ha puesto a nuestro alcance. El sistema inmunológico es hipersensible al estrés. El estrés tiene la capacidad de destruir el buen funcionamiento del sistema inmunológico. Hay que proteger al sistema inmunológico del estrés. El estrés es producido en nosotros por las excesivas tensiones o por la falta de ellas. Cien por ciento de estrés nos daña; cero estrés, también nos daña. Cincuenta grados de estrés nos pueden resultar favorables para la salud.  Formas de cortar el círculo del estrés: Ejercicios de gimnasia, de respiración profunda; caminar, correr, nadar; el contar chistes, reír a carcajadas. Una dieta natural favorece el buen funcionamiento del sistema inmunológico. Una buena alimentación favorece el buen funcionamiento del sistema inmunológico. Debemos evitar la "comida chatarra". El ejercicio físico favorece el buen funcionamiento del sistema inmunológico: Ejercicios aeróbicos (que abundan en aire, en oxígeno). Cuando no puedas correr, trota; cuando no puedas trotar, camina; cuando no puedas caminar, usa el bastón; pero nunca te detengas. El ejercicio vigoriza, la inactividad desgasta. El que no tenga tiempo para ejercitarse, lo tendrá para enfermarse. La excelencia es el resultado del esfuerzo constante. La autodisciplina no es asunto de un día, es un estilo de vida. Si lo que estoy haciendo no logra el efecto que deseo, debo cambiar mis conductas, sin cansarme, hasta conseguir el efecto deseado.

Que Dios y María Santísima te bendigan.   Mary y Jaime.

 

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