Reflexión del padre Rogelio Narváez Martínez.

¿QUÉ ES LO CONTRARIO A LA FE?… Padre Rogelio Narváez Martínez.

No necesitas estar de acuerdo conmigo… y no obstante es adecuado que tú tengas tus propias apreciaciones…

No pocas veces confundimos las virtudes con los vicio y las contradicciones con aberraciones...

¿Qué es lo contrario al Amor?... ¿El odio?... No, lo contrario al Amor es la Indiferencia…

¿Qué es lo contrario al Miedo?... ¿La valentía y la gallardía?... No, lo contrario al Miedo es la alegría…

¿Qué es lo contrario a la Religión?... ¿El ateísmo o el agnosticismo? No… Lo contrario a la Religión no es el ateísmo ni el agnosticismo sino el Fariseísmo…

Pero... Qué es lo contrario a la Fe?.... Dirían algunos que el Ateísmo, otros dirían que el Racionalismo, otros que el Relativismo, y no faltaría alguien que dijera que las Creencias se confunden con la verdades de Fe...

Auténticamente lo contrario a la Fe es el Fanatismo...

La Fe es una virtud Teologal y el Fanatismo es una mezcla del Particularismo humano con segregacionismo y espíritu de aurosuperioridad con el desprecio e infravaloracion de aquel que no es como yo (lo mencionó objetivamente reconociendo que tú y yo también hemos tenido actitudes de fanatismo)...

La fe es la aceptación del auténtico Proyecto de Dios y el Fanatismo es la imposición de mi proyecto a Aquel que es solamente Amor y lejos de seguirle convertirme en su supuesto "consejero"...

La Fe es una Luz en nuestra razón y el Fanatismo es el oscurecimiento de la razón...

La Fe te lleva a dar la vida por Dios y por nuestros hermanos en tanto que el Fanatismo te da "argumentos" para quitarle la vida a nuestros hermanos...

La Fe es semilla de Martirio y el Fanatismo es generadora de Kamikases...

Reitero mi aceptación de nuestros errores históricos tanto personales como colectivos... Posiblemente quien mejor expreso esta contradicción fue Santo Tomás de Aquino al expresar: "Nuestra Religión es la Mejor de todas pero Nosotros somos los peores"...

Este comentario no significa que esté de acuerdo ni con la intolerancia religiosa pero tampoco con las prácticas de fanatismo.

No puedo estar de acuerdo con aquellos que, lejos de tener a Dios en su corazón lo tienen en sus manos, y que aún en la historia reciente han manipulado los argumentos, presentándose reiteradamente como iluminados para causar tantos desastres y muertes en el nombre de Dios; tampoco estoy de acuerdo con aquellos que escriben nuevos decálogos convirtiendo sus verdades de razón en nuevas creencias y sus propuestas sociales en nuevos movimientos religiosos.

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