martes, 21 de enero de 2020

Sálvanos que perecemos, Señor.

"Los discípulos se acercaron y lo despertaron diciendo: «¡Señor, sálvanos, que perecemos!» Pero él les dijo: «¿Por qué tiemblan, hombres de poca fe?» Entonces se levantó, dio una orden al viento y al mar, y todo volvió a la más completa calma". Mateo 8, 25-26.

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