AUTENTICIDAD
Una madre de familia muy enferma, en su lecho de muerte, daba los últimos consejos a su hija ya "mayorcita"; le decía con mucho amor:
¡Ay hija!, por favor: Sé auténtica; No finjas, no mientas y no presumas.
Llénate de Dios, consérvate en paz. No dejes de rezar. Ten siempre algo bueno en tu mente.
Habla menos de ti y de tus cosas; no interrumpas a las personas cuando hablen.
Domina tu lengua. Medita más, busca en tu interior.
Sé tú misma. Condúcete con sencillez.
Destierra de ti la mentira y la falsedad. Siempre di la verdad.
Cuida tu cuerpo, pero más tu alma. Si tienes algo, ayuda y da con gusto, y no por ello te creas superior.
Sé humilde y discreta. Aprende con gusto de los demás. Escucha con atención donde se hable de sabiduría y virtud, de Dios y felicidad.
Haz lo que merezca recompensa, pero no pretendas obtenerla.
Si tienes necesidades, quéjate ante ti misma, ante el médico y ante nadie más.
Que Dios y María Santísima te bendigan. Mary y Jaime.