sábado, 2 de agosto de 2014

LA CONCIENCIA.

LA CONCIENCIA

 

Un hombre muy pobre, se presentó a la misión, para pedir de limosna un poco de harina. El misionero gustosamente se la dio en una olla.

 

El hombre, vuelto a la choza, encontró en la harina una moneda de plata. Al día siguiente llegó de nuevo a la misión y le dijo al misionero:

 

Padre, dentro de mí hay un hombre bueno y un hombre malo. Anoche no pude dormir. El hombre bueno me decía: "La moneda de plata no es tuya, devuélvela  a su dueño".

El hombre malo me decía: "El dueño te ha dado todo, la harina, la olla y también la moneda de plata; quédate con la moneda".

 

Padre, yo quiero vivir en paz y dormir de noche; aquí tienes la moneda de plata.

 

Fuera de Dios jamás hallaremos felicidad. La riqueza más grande que podemos tener es vivir en GRACIA DE DIOS.

 

Nuestra forma de vivir aquí en la tierra debe ser con un corazón transparente, sin mancha.

 

Lo mejor es vivir sin pecado, con la conciencia limpia. Inocencia no significa ausencia de inteligencia. Inocencia significa ausencia de pecado.

 

 

Máxima:

 

Mi única y legítima riqueza es estar tranquilo con mi conciencia.

 

 

Mi compromiso:

 

Hoy rechazaré todos los pensamientos malos.

Que Dios y María Santísima te bendigan.   Mary y Jaime.

 

 

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