Cuando vayas a orar, entra en tu aposento y, después de cerrar la puerta, ora a tu Padre, que está allí, en lo secreto; y tu Padre, que ve en lo secreto, te recompensará. Mateo 6, 6.
SOMOS TEMPLOS DEL ESPÍRITU SANTO
La persona que desea cultivar su cuerpo y anhela una excelente condición física, requiere ciento por ciento de esfuerzo todo el tiempo; algo menos que esto, no sería suficiente. Entrenar y cuidarse en la alimentación, requiere exhaustivo trabajo al punto de ser extremadamente disciplinado. La perseverancia y la dedicación, la entrega y tenacidad, el sacrificio, el amor y el respeto hacia todos son el precio que debemos pagar por lograr las metas más valederas.
Que Dios y María Santísima te bendigan. Mary y Jaime.