"¿De qué le sirve al hombre ganar el mundo entero si pierde su alma?" Mateo 16, 26.
LAS DECISIONES
El amor no es ciego; el que es ciego es el instinto y el apasionamiento.
Dios jamás nos abandona; pidámosle con fe y nos dará lo que más necesitamos.
Lo que hacemos trasciende; no podemos lanzar piedras al estanque sin que se dejen de generar hondas de movimiento.
Todo acto humano, se refleja en el cielo y hasta la eternidad. No hay pensamiento que no llegue hasta la presencia de Dios.