Dice el Señor: Si alguno tiene sed, que venga a mí y beba. De aquel que cree en mí, brotarán ríos de agua viva. Juan 7, 37,38.
POR EL AMOR A LA ROSA, EL JARDINERO ES SERVIDOR DE MIL ESPINAS
La persona feliz... Aprende de sus errores. No lastima, no envidia y no es avariciosa. Mantiene limpia su conciencia.
La persona feliz... Ama, espera y trasciende; es creyente, reza, observa, reflexiona y actúa; es prudente, servicial y discreta.
La persona feliz es tenaz, humilde, respetuosa y sencilla; cuida su cuerpo, su alma y su mente; se apoya en Dios.
La persona feliz… Estudia, se esfuerza y persevera; trabaja con alegría y pasión; domina sus instintos; es responsable y paciente.
Que Dios y María Santísima te bendigan. Mary y Jaime.