DICHOSA LA PERSONA
que sabe adónde va, por qué y cómo llegar; que no conoce el desaliento, ni se vale de pretextos, que tiene la cabeza en el aire y los pies en la tierra, que piensa, analiza y actúa, que no se deja manipular, que vive en paz con Dios, con los demás y consigo misma; que considera su vida como una oportunidad de servir, que cuida su cuerpo, su alma y su mente, que domina sus impulsos, que trabaja y descansa, que lee y juega, que ríe y llora. Dichosa la persona que se domina, que se sabe necesitada de Dios, que busca superarse día tras día y, que está dispuesta a aceptar sus errores, a enmendarse y a seguir aprendiendo.
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