sábado, 21 de enero de 2012

LA VID VERDADERA.

Yo soy la vid verdadera, y mi Padre el labrador. Él quita todo sarmiento que no da fruto en mí, y limpia el que da fruto para que dé más.

 

Vosotros estáis ya limpios por la palabra que os he dicho. Seguid unidos a mí y yo a vosotros.

 

Como el sarmiento no puede dar fruto por sí mismo, si no está unido a la vid, así tampoco vosotros, si no estáis unidos a mí.

 

Yo soy la vid, vosotros los sarmientos. El que permanece en mí y yo en él, da mucho fruto; pero sin mí nada podéis hacer.

 

San Juan XIV, 1-5.

 

Máxima:

 

Fuera de Dios jamás hallaremos felicidad.

 

Que Dios y María Santísima te bendigan. Mary y Jaime.

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