miércoles, 16 de enero de 2013

RAMIRO QUIERE UN PAQUETE.

Ramiro quiere un paquete

 

¡Eres un irresponsable, 14 años encima y eres un niño!

 

Se te olvidó, papá, enseñarme a llevar paquetes.

 

¿Cuándo se contó conmigo en casa para algo? 

 

¿Cuándo tuve que recoger a mis hermanos del colegio?

 

Ayer mandaste al chofer a pagar mi colegiatura.

 

Y el mes pasado fuiste tú mismo.

 

Se te olvidó, papá, dejarme pagar mi colegiatura.

 

¿Cuándo tuve yo qué lavar el coche los domingos? 

 

¿Y arreglar el jardín?

 

Y ¿Recoger la mesa y lustrar a diario mis zapatos?

 

¿Por qué no me mandas a entregar los pedidos de medicina a la farmacia América.

 

Quiero realizar pequeños trabajos.

 

Quiero comprar calcetines rojos con el dinero que yo he ganado.

 

Mamá, quiero ir por la leche y el pan todos los días.

 

Y si no quiero, ¿por qué no me mandas?

 

Se te olvidó mandarme, mamá.

 

Es más fácil que el chofer y las sirvientas hagan bien las cosas, y sin riesgos.

 

¿Por qué no te arriesgaste a dejarme llevar un paquete?

 

Se te olvidó, mamá, enseñarme a llevar paquetes.

 

Se te olvidó enseñarme a ser hombre.

 

Y a los 14 años se me caen las manos.

 

A mí también me da vergüenza.

 

Fíjate que en el colegio nombraron a Roberto "delegado del grupo".

 

Dicen que tiene responsabilidad.

 

A Roberto lo nombró  el maestro "coordinador de la excursión".

 

Roberto recibe las cuotas, y nos da los avisos.

 

Roberto desde chico lava el coche de su casa y, arregla el jardín.

 

Roberto recoge a sus hermanos, aunque llueva y tenga mucha flojera.

 

Él también paga el gas y compra sus tenis.

 

También a Enrique, mi amigo que tú conoces, lo hicieron jefe de tareas.

 

Enrique también escribe los promedios.

 

 Y… A Ramiro, tu hijo, lo dejaron sin paquetes.

 

Dicen que no tengo responsabilidad.

 

Se te olvidó, papá, enseñarme desde chico a cargar paquetes.

 

A llevarlos, aunque llueva y tenga flojera. 

 

Se te olvidó mandarme a fuerza, si no quiero.

 

Se te olvidó contar conmigo.

 

No quisiste arriesgar poco a poco; ni fuiste confiando en mí.

 

No me dejaste paquetes a la medida de mis manos de 9, 11 y 12 años; a la fuerza de mis brazos de esa edad.

 

Mi voluntad creciente que se quedó raquítica.

 

Por favor, papá, enseña a Jorge, mi hermano de 8 años a llevar paquetes número 8.

 

Enseña a Leticia, de 9 años, con sus paquetes de 9.

 

No tendrás que decirles:

 

¡Eres un irresponsable!

 

Y ellos sabrán llevar paquetes del número 25 y 40.

 

Dicen que son paquetes la vida, la familia, y el trabajo.

 

No se te olvide, papá, de enseñar a ser hombre a Jorge; y mujer a Leticia.

 

Que María Santísima te bendigan.     Mary y Jaime.

 

 

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