jueves, 4 de junio de 2015

ALGO DE HISTORIA.

COMPOSICIÓN EN HONOR DEL SANTÍSIMO CUERPO Y SANGRE DE JESUCRISTO

ALGO DE HISTORIA

Era el año de 1264. El Papa Urbano IV, quien era el Sumo Pontífice en ese momento, convocó a que se reuniese en una asamblea selecta a los más grandes teólogos de aquel tiempo. Deseaba Urbano IV que se compusiera un Oficio, como también lo propio a la Misa a ser cantada en esa Solemnidad. Solícitó entonces a los más brillantes teólogos de ese momento que elaboraran una composición en honor del Santísimo Cuerpo y Sangre de Jesucristo y la presentaran días después, con el fin de escoger la mejor.

Célebre se hizo el episodio ocurrido durante la sesión. El primero en exponer su obra fue fray Tomás de Aquino. Serena y tranquilamente, desenrolló un pergamino y los circundantes oyeron la declamación pausada de la SECUENCIA compuesta por él. Todos escuchaban atentos aquellas que reflejaban tal profundidad que regocijaban el alma de los oyentes. Fray Buenaventura, al escuchar aquella composición de fray Tomás tomó su composición y la rasgo en dos. Los demás teólogos lo imitaron, rindiéndole tributo de esta manera a fray Tomás de Aquino con su hermosa composición. Dicha composición es la que escuchamos año con año, en la celebración de la Eucaristía en la Solemnidad de Corpus Christi. He aquí algunas estrofas de esa SECUENCIA

PARTE DE LA SECUENCIA DE CORPUS CHRISTI

(SANTO TOMÁS DE AQUINO)

Hoy celebramos con gozo la gloriosa institución
de este banquete divino, el banquete del Señor.

Es un dogma del cristiano que el pan se convierte en carne,
y lo que antes era vino queda convertido en sangre.

Hay cosas que no entendemos, pues no alcanza la razón;
mas si las vemos con fe, entraran al corazón.

Quien lo come, no lo rompe, no lo parte ni divide;
Él es el todo y la parte; vivo está en quien lo recibe.

Puede ser tan solo uno el que se acerca al altar,
o pueden ser multitudes: Cristo no se acabará.

Si lo parten, no te apures sólo parten lo exterior;
en el mínimo fragmento enteró late el Señor.

Todo lo puedes y sabes, pastor de ovejas, divino.
Concédenos en el cielo gozar la herencia contigo. Amén.

Que Dios y María Santísima te bendigan.   Mary y Jaime.

 

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