domingo, 30 de octubre de 2016

LUZ.

"No atesoren en la tierra, donde la polilla y el orín corroen, donde los ladrones socavan y roban. Atesoren más bien en el cielo, donde ni la polilla ni  el orín corroen, ni los ladrones socavan ni roban; porque donde está tu tesoro, allí está también tu corazón". Mateo 6, 19-21.

LUZ
Cien mil personas se han reunido en un estadio de los Ángeles, California.
Un sacerdote les está hablando. De pronto interrumpe su plática para informar que no se alarmen, pues serán apagados todos los focos del estadio. Todo queda en profunda oscuridad; el padre les dice:
"Encenderé un cerillo; los que vean su luz digan SÍ". En cuanto brilla aquel punto de luz, la muchedumbre grita: SÍ. El padre explica: "De manera semejante cualquier acto bondadoso de uno de ustedes brillará en las tinieblas de un corazón humano. Por pequeño que sea el acto de bondad, no podrá pasar desapercibido. Luego el padre agrega: "Ustedes pueden hacer mucho más. Todos los presentes que tengan un cerillo enciéndalo, por favor". De pronto la oscuridad se convierte en un centelleante mar de pequeñas llamas. "¿Están viendo ustedes?", Todos juntos lograremos ahuyentar las tinieblas".
Que Dios y María Santísima los bendigan.   Mary y Jaime.

 

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