domingo, 16 de julio de 2017

EL HOMBRE MIRA A LAS APARIENCIAS, PERO DIOS MIRA AL CORAZÓN.

Dice el Señor: Si alguno tiene sed, que venga a mí y beba. De aquel que cree en mí, brotarán ríos de agua viva. Juan 7, 37,38.

 

EL HOMBRE MIRA A LAS APARIENCIAS, PERO DIOS MIRA AL CORAZÓN

A Dios no se le puede engañar como se engaña a las personas.

Nuestro modelo es Jesús; Él puede hacer que nuestro corazón arda mientras nos habla, como aconteció con los discípulos de Emaús.

Entrar en relación con Dios es admitir que ante Él, la persona no puede ocultar lo que lleva en su corazón.

Que Dios y María Santísima te bendigan.   Mary y Jaime.

Entradas populares