La preparación para el encuentro con Cristo no es asunto de última hora. La invitación es a estar preparados siempre para ganar el Cielo. No sabemos cuándo moriremos.
Lo mejor será vivir en estado de Gracia, sin pecado, con la conciencia tranquila, confesados; listos y preparados para irnos al Cielo. Tener a Dios es vivir en paz.
PARÁBOLA DE LAS DIEZ VÍRGENES
En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos esta parábola: "El Reino de los cielos es semejante a aquellas diez jóvenes, que tomando sus lámparas, salieron al encuentro del esposo. Cinco de ellas eran descuidadas y cinco, previsoras. Las descuidadas llevaron sus lámparas, pero no llevaron aceite para llenarlas de nuevo; las previsoras, en cambio, llevaron cada una un frasco de aceite unto con su lámpara. Como el esposo tardaba, les entró sueño a todas y se durmieron.
A media noche se oyó un grito: "¡Ya viene el esposo! ¡Salgan a su encuentro!" Se levantaron entonces todas aquellas jóvenes y se pusieron a preparar sus lámparas, y las descuidadas dijeron a las previsoras: "Dennos un poco de su aceite, porque nuestras lámparas se están apagando". Las previsoras les contestaron: "No, porque no va a alcanzar para ustedes y para nosotras. Vayan mejor a donde lo venden y cómprenlo".
Mientras aquéllas iban a comprarlo, llegó el esposo, y las que estaban listas entraron con él al banquete de bodas y se cerró la puerta. Más tarde llegaron las otras jóvenes y dijeron: "Señor, señor, ábrenos". Pero él les respondió: "Yo les aseguro que no las conozco".
Estén pues, preparados, porque no saben ni el día ni la hora". San Mateo 25, 1-13.
Máxima:
Estén pues, preparados, porque no saben ni el día ni la hora". San Mateo 25, 1-13.
Mi compromiso:
Hoy iré a confesarme.
Que Dios y María Santísima te bendigan. Mary y Jaime.