EL PODER DE LA ORACIÓN
Y Jesús les dijo: "Si uno de ustedes tiene un amigo y va a él a media noche y le dice:
>Amigo, préstame tres panes, pues un amigo mío ha venido de camino a mi casa y no tengo que darle>.
Aunque aquél le responda desde dentro: >No me molestes; la puerta está cerrada, y yo y mis hijos acostados; no puedo levantarme a dártelos>.
Yo les aseguro, que si no se levanta a dárselos por ser su amigo, al menos por su importunidad se levantará y le dará cuanto necesite". San Lucas XI, 5-8.
Reflexión:
Todo cuanto pidáis en la oración, creed que lo recibiréis y lo tendréis". San Marcos XI, 24.
Dios escucha nuestra oración, y nos concede lo mejor. Nuestra oración ha de ser confiada y serena. Dios sabe bien las necesidades que padecemos, mucho mejor que nosotros mismos.
Tengo esperanza, porque Cristo se va a manifestar en mi vida. Cristo va a manifestar su amor de alguna manera. Todo lo que me pasa es para mi bien, porque Cristo se va a manifestar en mi vida.
El miedo me paraliza. Dios nos da siempre lo mejor. En algún momento, EL SEÑOR no nos da lo que pedimos, porque sin darnos cuenta, quizá estamos pidiendo algún mal que nuestra voluntad ha revestido con apariencia de bien.
Una madre no da a su hijo un afilado cuchillo que brilla y atrae, y que la pequeña criatura desea con pasión. Nosotros somos hijos pequeños delante de Dios.
Cuando pedimos algo que sería un mal, aunque tenga apariencia de bien, Dios hace como las buenas madres con sus hijos menores, nos da otras Gracias que sí serán para nuestro provecho, aunque por nuestras pocas luces las deseemos menos.
Máxima:
Dios siempre escucha nuestra oración.
Mi compromiso:
Hoy meditaré en el poder de la oración y me mantendré en comunicación con Dios.
Que Dios y María Santísima te bendigan. Mary y Jaime.