¿Quién se engaña pensando que le está haciendo un bien a su hijo dándole aquello que no ha merecido?
El hijo nunca aprenderá a valerse por sí mismo, ya que todo se lo resuelve su padre.
Los frutos de tu trabajo son tuyos y tú no puedes vivir la vida de tu hijo.
Una cosa es darles instrumentos de trabajo y otra cosa es querer darles los frutos de un trabajo que ellos no han realizado.
Cada uno debe aprender que nadie puede vivir la vida por nosotros y que vivir la vida es luchar.
Vivir es arriesgar y es también sufrir derrotas.
Vivir es afrontar la enfermedad y el dolor.
Nadie puede vivir ni por ti ni por mí, como ni tú ni yo podemos vivir por nadie.
Vivir es aprender a disfrutar de la rosa; vivir es no tenerle miedo a esa espina que frecuentemente punza nuestra mano.
(De reflexión dominical, del padre Rogelio Narváez Martínez).
Que Dios y María Santísima te bendigan. Mary y Jaime.