REZA, TEN FE; Y NO TE PREOCUPES
Quizá algunas veces nos sentimos abrumados por los problemas, o nos preocupan algunas situaciones.
Tal vez hemos sentido deseos de abandonar tal o cual proyecto; y le decimos a Dios que nos salve, que nos ayude.
El Señor siempre escucha nuestra oración.
Dios se detiene ante nuestra súplica.
Él está dispuesto para ayudarnos.
Dios es generoso, y como Padre bueno nos cobija con su misericordia.
LA TEMPESTAD CALMADA.
Subió Jesús a una barca, le acompañaron sus discípulos.
De pronto se alborotó tanto el mar, que las olas cubrían la barca, pero Jesús dormía.
Se acercaron los discípulos y lo despertaron, le dijeron:
"Señor, sálvanos, que perecemos".
Jesús les dijo:
"¿Por qué tembláis, hombres de poca fe?"
Entonces se levantó, increpó a los vientos y al mar, y sobrevino gran calma.
Maravillados decían los hombres:
"¿Quién es éste a quien hasta los vientos y el mar obedecen?
(San Mateo VIII, 23-27).
Que Dios y María Santísima te bendigan. Mary y Jaime.