LOS GLOBOS
Un vendedor de globos vendía su producto en las calles de Nueva York.
Cuando el negocio bajaba un poco, soltaba un globo; al flotar en el aire, se reunía una multitud de compradores y su negocio se fortalecía por unos minutos.
Alternaba los colores, primero soltaba uno de color blanco, luego uno rojo y después uno amarillo.
Al cabo de un tiempo, un niño negrito le jaló la manga del saco, miró al vendedor a los ojos y le hizo una pregunta penetrante:
"Señor, ¿si usted soltara un globo de color negro también subiría al cielo?
El vendedor de globos miró al pequeño con amor y le dijo:
"Hijito, lo que hace subir a los globos es lo que está adentro de ellos".
Reflexión:
El vendedor de globos tenía razón: Lo que hace subir a los globos es lo que llevan adentro.
Lo mismo sucede a las personas: lo que nos eleva hacia el cielo es lo que llevamos adentro:
Dios, paz, sinceridad, conciencia tranquila, amor, fe, honestidad, sencillez, humildad, mansedumbre, honradez, limpieza de corazón, bondad y todo aquello que viene de Dios.
Máxima:
Inocencia no es ausencia de inteligencia; inocencia es ausencia de pecado".
Que Dios y María Santísima te bendigan. Mary y Jaime.