"Tomás, has creído porque has visto. Dichosos los que creyeron sin haber visto". Juan 20, 29.
EL PILOTO
Un señor abordó un avión para viajar a Nueva York. Un niño entró buscando su asiento y se sentó justo al lado suyo. El niño pasó el tiempo coloreando en su libro de pintar. No presentaba rasgos de ansiedad ni nerviosismo al despegar el avión. Hubo tormenta y mucha turbulencia. De momento una sacudida fuerte; todos estaban nerviosos, pero el niño mantuvo la calma y serenidad en todo momento. ¿Por qué su calma? Hasta que una mujer frenética le preguntó: Niño: ¿no tienes miedo? No, señora, contestó el niño, y mirando su libro de pintar, le dice: "El piloto es mi papá". Estamos en las manos de Dios.
Que Dios y María Santísima te bendigan. Mary y Jaime.