En verdad les digo que cuando lo hicieron con uno de estos mis hermanos más pequeños, conmigo lo hicieron. Mateo 25, 40.
EN LA CLASE DE FORMACIÓN DE V ALORES
La catequista decía a los niños: Dios, nuestro Padre, ama a cada uno de nosotros con un amor tan grande que nuestro cerebro no alcanza a comprender lo inmenso de ese amor. Consideremos, pues, que al hablar mal de otra persona, o pensar de ella algo indebido, o despreciarla, o sentir coraje, odio, indiferencia, discriminación; o lastimarla de palabra o acción, el daño lo estaríamos haciendo también al Padre Celestial que es nuestro Padre.
Que Dios y María Santísima te bendigan. Mary y Jaime.