El que come mi carne y bebe mi sangre, permanece en mí y yo en él, dice el Señor. Jn 6, 56.
DE LA SECUENCIA DE CORPUS CHRISTI, DE SANTO TOMÁS DE AQUINO
Hoy celebramos con gozo la gloriosa institución de este banquete divino, el banquete del Señor.
Es un dogma del cristiano que el pan se convierte en carne, y lo que antes era vino queda convertido en sangre.
Hay cosas que no entendemos, pues no alcanza la razón; mas si las vemos con fe, entrarán al corazón.
Su sangre es nuestra bebida; su carne, nuestro alimento; pero en el pan o en el vino Cristo está todo completo.
Que Dios y María Santísima te bendigan. Mary y Jaime.