Relato de un Cuento, 22 de Sep. 2017. Maternal Uno, salón de Eva, mi nieta, de 1 año, 5 meses, 8 días.
Eran cien ovejas
Que había en el rebaño
Eran cien ovejas
Que un pastor cuidó
Pero en una tarde
Al contarlas todas
Le faltaba una
Le faltaba una
Y triste lloro
Las noventa y nueve
Dejo en el aprisco
Y por la montaña
A buscarla fue
La encontró gimiendo
Temblando de frío
Curo sus heridas
La tomo en sus brazos
y al redil volvió
Esta misma historia vuelve a repetirse,
todavía hay ovejas que extraviadas van,
van por este mundo, sin Dios, sin consuelo,
sin Dios, sin consuelo, y sin su perdón.
Las noventa y nueve, dejó en el aprisco,
y por las montañas a buscarla fue,
la encontró llorando, temblando de frio,
vendo sus heridas,
la tomo en sus brazos y al redil volvió.
Yo era esa oveja que andaba perdida,
lejos de mi Cristo, lejos de Jesús,
pero un día el Maestro me tendió su mano,
me tomó en sus brazos, ungió mis heridas
y al redil volví.