Llega un pato a una cantina y le dice al cantinero: ¿tiene uvas? El cantinero le dice que no. El pato se va y regresa a los 5 minutos; y le dice lo mismo: ¿tiene uvas? No, no hay. El pato se vuelve a ir, pero regresa a los 5 minutos; pregunta lo mismo. Y así como cuatro veces: ¿tiene uvas? Entonces el cantinero se enoja y le dice: si vuelves a preguntar que si hay uvas, te voy a clavar las patas en la mesa del centro. El pato se va y vuelve como a los 20 minutos; y le dice al cantinero: ¿tiene clavos? Y el cantinero le dice que no, que no hay; entonces pregunta el pato: ¿tiene uvas?
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viernes, 29 de marzo de 2019
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