martes, 16 de octubre de 2012

SILENCIO.

SILENCIO

Una piedra en la boca puede ser deseable, al menos ese parece ser el caso de las grullas que habitan las montañas Taurus del sur de Turquía.

Estas grullas tienden a cacarear mucho, sobre todo mientras vuelan.

Todo ese ruido capta la atención de las águilas, las cuales se abalanzan sobre ellas y se las comen.

Las grullas experimentadas evitan esta amenaza recogiendo piedras lo suficientemente grandes como para que llenen la boca.

Esto les impide cacarear para no ser comidas por las águilas.

Que Dios y María Santísima te bendigan.    Mary y Jaime.

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