lunes, 26 de agosto de 2013

COMPOSICIÓN DE UN ALUMNO.

COMPOSICIÓN DE UN ALUMNO

La riqueza de  un país, de un estado y de una sociedad no está solamente en sus recursos naturales, en su historia o en sus bienes económicos, ni en sus  posesiones.

Lo que hace a un país fuerte y a una sociedad sólida es la riqueza de su gente sincera y generosa. Gente con altos valores.

Valores que van en contra de la desintegración familiar, la drogadicción, la violencia y la corrupción.

Es necesario practicar a diario la honestidad, el respeto y la solidaridad.

Debemos vivir estos valores porque solamente así se transformarán en buenos hábitos.

Hábitos que nos permiten crecer como personas, como padres, como hijos, como hermanos, como profesionistas y como sociedad.

En cada uno de nosotros está la oportunidad de ser mejores, de darle valor a nuestra vida.

Hay que hacerlo desde nuestro hogar, en nuestra convivencia diaria.

Te has preguntado alguna vez:

¿Cómo sería el mundo si todos fueran como tú?

Si el mundo entero te siguiera y te imitara, ¿sería un mundo mejor?

Hay que buscar los valores dentro de nosotros mismos, antes de buscarlos en los demás.

Porque no es con más policías con lo que combatiremos a la delincuencia y a la corrupción, sino con un ejército de personas honestas, padres responsables y amorosos al pendiente de sus hijos.

Si el núcleo familiar es fuerte, la convivencia será sana y la educación se fortalecerá en sus valores.

No habrá obstáculo que no podamos superar por más grande que parezca.

A cada quien nos corresponde, desde el lugar en donde estamos, acabar con la corrupción y los antivalores.

No pidamos amor… Amemos.

No pidamos respeto… Respetemos.

Aprendamos a ser honestos y justos; sinceros, cabales y sin dobleces.

Ayudemos al prójimo; actuemos con responsabilidad.

Debemos sostener a esta sociedad con bases morales y éticas.

Que Dios y María Santísima te bendigan.   Mary y Jaime.

 

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