jueves, 15 de agosto de 2013

UNA MIRADA, UNA SONRISA Y UNAS MANOS.

UNA MIRADA, UNA SONRISA Y UNAS MANOS

(Extracto de reflexión dominical del padre Rogelio Narváez Martínez)

Un joven de Sant Quirze de Besora, de 26 años de edad, auxiliar geriátrico, diseñador de moda y pintor, lo deja todo y se marcha a la India a cuidar leprosos con la Madre Teresa de Calcuta.

Preguntándole a la Madre Teresa si hay que tener una vocación especial para tratar y servir a los ancianos y a enfermos, responde: "Lo que hay que tener es una mirada, una sonrisa y unas manos."

Una mirada: Hay miradas que se interesan por uno, miradas que confortan, miradas de paz, miradas de bondad, miradas que infunden ánimo y esperanza, miradas capaces de transmitir comprensión, afecto y ternura.

Una sonrisa: Se ha dicho que después de todo, sólo hay en el mundo tres cosas de valor: ser bueno, hacer el bien y manifestarlo con una plácida sonrisa. Marden escribió: "La sonrisa es una verdadera fuerza vital, la única fuerza capaz de mover lo inconmovible".

Unas manos: Los biógrafos de San Camilo de Lelis cuentan que enseñaba a los novicios cómo debían mudar la ropa a los enfermos y cómo debían hacerle sus camas. Sabía el santo que una cama puede representar un elemento de gran alivio del enfermo, pero también un tormento, y que las manos tenían una gran importancia. Dicen que a veces aconsejaba: "¡Quiero ver más afecto materno! Hemos de poner más corazón, más alma en las manos".

Decía la madre Teresa de Calcuta, Samaritana del siglo XX, que en el mundo sólo hay tres cosas de valor: ser bueno, hacer el bien y manifestarlo con una plácida sonrisa."

Que Dios y María Santísima te bendigan.   Mary y Jaime.

 

 

 

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