Si diera gracias por todo lo que Dios me ha dado, no tendría tiempo para lamentaciones.
Velad y orad, para que no caigáis en tentación. El espíritu está dispuesto, pero la carne es débil. Mateo 26, 41.
Una vez que un hombre se compromete consigo mismo, nada lo detiene.
Que Dios y María Santísima te bendigan. Mary y Jaime.